La obra de Gloria Carrasco que conforma la exposición “La tierra no es plana”, se puede entender como derivación de la corriente artística denominada Minimalismo, en especial las instalaciones y objetos cerámicos producidos en serie presentes en el Museo de Antropología de Xalapa en el marco del Tercer Coloquio Internacional de Escultura en Cerámica. Sin embargo, contrario al Minimalismo “frío” de la década de los sesenta, a la obra de Gloria Carrasco se le percibe como “cálida”. Esta calidez dentro del Minimalismo, se ha operado con los instrumentos técnicos o con las estrategias de la cerámica. Es decir, la escultura en cerámica de Gloria Carrasco se caracteriza por su voluntad de aniquilar la intensa definición geométrica de los Minimalistas ortodoxos. Pero su atención al Minimalismo en la cerámica no es meramente casual: se presenta como el resultado del trabajo, de la previsión y el conocimiento de los materiales y técnicas. De esta manera, Gloria Carrasco ha puesto también cabeza abajo al antiformalismo del posminimalismo.
Con todo, y más allá de la circunstancias propias de producción de la escultura en cerámica, el Minimalismo en la obra de Gloria Carrasco se ha constituido en un “procedimiento” basado en la abstracción, el constructivismo y la reducción formal; en una serie de estrategias y métodos. Conforme al carácter de su propuesta, Gloria Carrasco se ha concentrado en los procedimientos que reflejan los criterios centrales del Minimalismo desde una perspectiva actual: la presencia escultórica, las estructuras de tendencias simples, los órdenes y proporciones monumentales, los montajes de las obras en relación al espacio y al observador, el anclaje constructivista de la forma: composiciones espaciales simplificadas, superficies cromáticas planas y estructuras modulares, así como los materiales de montaje provenientes de contextos industriales, como los espejos usados en la pieza "Dunas".
La obra de Gloria Carrasco se funda en relaciones visuales y plásticas, sean éstas de naturaleza técnica o meramente estéticas. Se trata de una obra donde los “argumentos” pasan a un segundo plano tras la realidad perceptiva del objeto cerámico: la íntima relación entre el material, la técnica y la intuición. Es el paralelismo entre las leyes plásticas objetivas y la percepción subjetiva de las que nace la concepción artística de Gloria Carrasco.
En la vieja dialéctica teorizada por Robert Smithson, entre piezas para un sitio preciso y otras transportables, Gloria Carrasco ha mostrado su preferencia por los trabajos que pueden ser instalados en distintos espacios. La categoría del non site se ha trasladado, por lo tanto, a la cosificación y la adaptabilidad espacial de los objetos artísticos. De esta manera se distinguen tres posibles zonas temáticas que constituyen el trabajo de Gloria Carrasco. La primera de ellas se centra en el tratamiento específico del paisaje como objeto de la representación artística, variante en la que se localizan emblemáticos exponentes visuales en Xalapa, de lo que se ha dado en llamar “paisajes-memorias”. La segunda se refiere a una vertiente del arte particularmente interesada en una suerte de (re)escritura de la historia que refleja el carácter diacrónico y complejo de nuestra peculiar noción del tiempo poniendo de relieve las “yuxtaposiciones y mixturas” tan características también de nuestro entorno regional. La tercera atiende a aquellas creaciones que potencian especialmente el empleo de los materiales en un quehacer artístico que interconecta con provechosa armonía los medulares conceptos de tiempo y espacio.
Así las cosas, los objetos cerámicos, esculturas, instalaciones y obras ambientales de Gloria Carrasco derivan del talento y el profesionalismo, y pueden ser portadoras de un procedimiento de honda significación para la escultura en cerámica contemporánea. Conforme a su propia naturaleza el Tercer Coloquio Internacional de Escultura en Cerámica afianza el dialogo creativo entre artistas locales y externos.